sábado, 31 de mayo de 2008

Victoria Nada.

Es tan normal que no tengo idea del porque escribo su historia, sólo que se me reveló en un sueño pintada de azul turquesa, caminando por el valle de las desgracias.

Va al colegio, paga la cuota diaria, leé los periódicos, pero nunca las noticias, prefier desahogarse con una .45 en el campo de tiro de gracia.
Consume dulces de vez en cuando y viaja hasta el cosmos de la quinta dimensión.

Su novio la engaña y Victoria Nada, sólo se rié en su cama, hástiada de sus besos hipócritas sabor pavimento, tan sólo espera que den las 10:30 para que se vaya.
No tira basura, no por educación, si no porque detesta la ignorancia.


Camina sola por la acera pensando en las musarañas, si tendra dinero pa´sobrevivir mañana, o el aire que paga podrá respirarlo dos veces más...ruégale al señor, al señor Victoria Nada.

Quiero ser como tú, con tu sonrisa desprovista del son y la risa abandonda en una esquina, eres el modelo a seguir, eructas y le escupes a las monjas del monasterio, y a los presbíteros les dejas ver tu anatomía... te iras directo a la amputectura.

¿Estás pensando? ¿eso es lo que haces?
Sigue caminando con tus manos apretadas a tu trasero, mientras los albañiles se imaginan reproducir las imagen que hay en su mente, en cualqueir ángulo en cualquier posición...sólo contigo, por un rato...chinga a mí, a su mentada esa.

Toma el diccionario y aprende una palabra nueva a la vez, que no se te olvide para tu clase de anacoretismo integral y ójala puedas aprender que Hitler no se suicidó, murió a punta de madrazos en un slam...hijo de perra (si pudiera).

Ahora duerme, Victoria Nada que me cansé de elogiarte y hablar acerca de tu vida.
Como quisiera acostarme a tu lado y sentir como la sonda solar que se acerca para matarnos, nos desmadre sin que pegues alarido alguno, siempre esperando tu final.

Camina sola por la banqueta, que nunca te pasará nada...
Te amo Victoria Nada, aunque no te conozca, aunque no se si eres real, aunque no sepa si existes...aunque digas que tengas el corazón de hojalata y no puedas creer ni en ti misma.

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